Hoy siento la necesidad de dejar escrita mi postura sobre la suerte, no creo en ella. No les pido que compartan mi opinión, solo que, antes de indignarse, lean el post completo en donde expreso mis razones.
Control Sobre Mis Acciones
En primer lugar, creo en la capacidad que tenemos las personas de decidir sobre nuestro futuro y el de nuestras organizaciones. Si creyera en la suerte, estaría asumiendo que a pesar de que haga todo bien, seguirá existiendo la posibilidad de no alcanzar la meta. Si esto fuera así, hay un factor que no podemos controlar, entonces ¿para qué ponerlo en consideración?
Decido poner el foco en lo que sí puedo controlar
Suerte, azar y destino son palabras que, en mi opinión, debemos desterrar de nuestros vocabularios como gestores deportivos para no tentarnos en usarlas como excusa de la falta de trabajo.
“La suerte se acorta con el trabajo” Monchi
Si nosotros planificamos adecuadamente, reducimos la incertidumbre a la hora de tomar decisiones. Ese es un término que me gusta más, incertidumbre es algo con lo que sí podemos trabajar.
Decido reducir la incertidumbre
Conocemos numerosas técnicas para hacerlo: un correcto análisis externo, una observación crítica de la organización, una planificación ambiciosa y al alcance de nuestras posibilidades. Una buena planificación es como una buena entrada en calor, reduce el riesgo de lesionarte, pero ese riesgo siempre va a existir.
Sin embargo, sobre el riesgo también podemos trabajar.
“El éxito solamente está adelante del trabajo en el diccionario, en el resto de la vida, para encontrar el éxito, el único camino que hay es el trabajo.” Jorge Valdano.
Decido mitigar los riesgos
Aún haciendo todo bien, en toda ejecución existen riesgos que debemos mitigar. El análisis de riesgo, una de las herramientas más importantes en la gestión deportiva merece un posteo entero, pero lo que sí podemos mencionar rápidamente es que debemos conocer todos los peligros que pueden generar una alteración en nuestra planificación y decidir qué vamos a hacer con ellos.
“Lo que se ha previsto, casi siempre está desprovisto de peligro”, Maquiavelo
No es casualidad que todos los títulos empiecen con la palabra “decido”, no estaba en un día poco inspirado en el que no quería buscar sinónimos, sino que buscaba marcar mi postura. A mi parecer tenemos dos opciones, decidir que creer la suerte, el azar y el destino marcan nuestra gestión o trabajar correctamente en la planificación para reducir la incertidumbre y mitigar los riesgos. Ninguna de las dos opciones te asegura el éxito, pero sin dudas que si llevás a cabo la segunda, vas a poder decir que dejaste todo en la cancha (o en el escritorio).
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