En el posteo de hoy, entenderemos más por qué hay tantos jefes que no saben gestionar a sus equipos y cómo podemos hacer para que las organizaciones deportivas no nos lleven al máximo nivel de incompetencia personal.
“El principio de Peter”, explica por qué un excelente trabajador, no siempre es el mejor gerente.
Principio de Peter
J. Peter, afirmó en 1960 que "en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia". Como sabemos, todas las organizaciones deportivas que conocemos, están formadas por estructuras jerárquicas verticales, en donde el premio a un buen trabajador suele ser (o al menos “debería ser”) el ascenso.
Sin embargo, Peter señala que esta costumbre hace que, con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.
¿Por qué?
Porque en un trabajo gerencial, se requieren habilidades diferentes para el éxito. Relacionado el “Principio de Peter” con las “habilidades de Katz”, podemos ver que cuanto más alto se escala en la estructura jerárquica, el empleado necesitará más de sus habilidades conceptuales y humanas, que de las técnicas.
¿Cuál es el resultado para las organizaciones deportivas?
Si bien es estadísticamente imposible que todos alcancemos nuestro nivel de incompetencia al mismo tiempo, lo que sucede es que aquellos que sí lo hacen contribuyen negativamente al desarrollo profesional de los que aún son competentes.
Las organizaciones deportivas no suelen tener estas cuestiones en cuenta, no se planifican las carreras del staff y así, sus contribuciones en el tiempo van transformándose en obsoletas tanto si han ascendido, como si no lo han logrado.
El trabajo se sigue realizando, pero por aquellos miembros de la organización que no han alcanzado aún, su nivel de icompetencia.
Entonces, ¿qué hacemos?
La gran paradoja del “principio de Peter, es que los ascensos son sinónimo de motivación, entonces si ascendemos a buenos trabajadores, sin las condiciones necesarias para ser gerentes, los llevaremos a su nivel de incompetencia. Mientras que, si no lo hacemos, probablemente los estaremos invitando a renunciar.
Si llegaste hasta acá, lamento decirte que no tengo una respuesta concreta para este problema.
Sí puedo decirte que, no todos nos mueve lo mismo y no hay soluciones genéricas. A veces los nuevos desafíos dentro de la organización son incentivo suficiente. Algunos se sienten recompensados a través de aumentos salariales y otro a con horarios flexibles laborales y mayor balance entre la vida y el trabajo.
Las carreras de los integrantes de tu equipo deben ser planificadas individualmente. Los ascensos deben ser pensados y las personas deben ser capacitadas previamente. Si decides que alguien está listo para ascender, recomiendo que lo consultes con esa persona, no todos quieren lo mismo y eso está bien, no quieres que todo tu equipo quiera lo mismo porque entonces sería imposible complacerlos a todos.
No dejes que tu organización te lleve al límite de tu incompetencia ni dejes que tu organización sea una fábrica de incompetentes.
Profesionalicemos el deporte, entendiendo que los recursos humanos, serán siempre nuestro principal activo.
Especial agradecimiento a Mario Castro Fino quien, como nos tiene acostumbrados, con una frase en el momento alimentó mi creatividad para generar este posteo.
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