¿Es preferible un equipo joven que se anime a experimentar cosas nuevas o gente con experiencia que ya haya pasado por situaciones similares y sepa qué hacer?
En la gestión se escuchan frases como: “Te falta experiencia para poder opinar”. “No podés esperar ganar más que los que llevan años en este ámbito”. “Esta nueva generación que cree que se las sabe todas”.
Por otro lado, también hay fundamentalistas de la juventud: “Los grandes no le dan lugar a los jóvenes en las empresas, hay que hacer un cambio”. “No va a durar mucho más, es grande para adaptarse a las nuevas tecnologías”. “Necesitamos jóvenes, mentes frescas, con nuevas ideas”. “Los “adultos” no conocen el nuevo mercado”.
Si alguna vez escuchaste, te dijeron o dijiste algunas de estas frases, este posteo es para vos.
¿Es la edad per se un factor a ser tenido en cuenta a la hora de tomar decisiones?
Esta pregunta puede dar lugar a muchas controversias, a muchos debates. Pero antes de adentrarnos en ella, debemos tener en claro que una de las pocas certezas que tenemos en la vida es que vamos a envejecer, todos lo hacemos. Lo que en esta pregunta se pone en juego es cómo lo vamos a hacer.
Vivimos en un mundo cambiante, de eso no hay dudas. Por eso, tenemos que buscar para nuestros equipos gente con la capacidad de adaptarse a esos cambios, sin importar la edad o la experiencia. Gente flexible, que se mantenga en movimiento.
La decisión de quién somos hoy y quién vamos a ser en un tiempo es nuestra. La opción de adaptarnos o no, es nuestra. Debemos adueñarnos de nuestro “destino”, aprender de todos los que nos rodean y ser curiosos.
“Quedarse quietos significa ir para atrás”
El Dream Team
Teniendo en cuenta la “edad”, los deportes de equipo tienen una ventaja por sobre los individuales en la promoción de jóvenes promesas: durante los primeros partidos, y quizás temporadas, la presión permanece sobre el conjunto. Es decir, los prospectos pueden apoyarse en los jugadores más experimentados y, si son lo suficientemente inteligentes, aprender de ellos.
Seguramente durante ese periodo, cuando haya una situación decisiva, el entrenador planificará la estrategia, para que sean los experimentados los que resuelvan. Sin embargo, si busca cambiar la dinámica del partido, si lo que desea es una cuota de creatividad (quizá irresponsabilidad para la mirada de otros) llamará a la joven promesa.
En las organizaciones debería suceder lo mismo; no importa por dónde se mire, necesitamos a los dos. ¿Por qué? Porque son diferentes, tienen capacidades y habilidades diferentes que, bien liderados, se complementa. Por un lado, los experimentados serán más propensos a mantener la calma en momentos difíciles, posiblemente más proactivos al momento de buscar una solución rápida, también, tendrán mayor aversión al riesgo y les resultará complejo modificar el modo de hacer las cosas. Por otro, los jóvenes, aportarán nuevas ideas, otra mirada, otros modos, serán más propensos al riesgo, más osados en sus decisiones y, probablemente, tomarán decisiones más a corto plazo.
Entonces, ¿experimentación o experiencia?
Dependerá de la situación, a quién le vamos a dar mayor voz. Hay momentos en los que tenemos que defender y momentos en los que debemos atacar. Tenemos que encontrar el equilibrio en nuestros equipos y eso se logra con el equipo perfecto.
El equipo perfecto para mí, es aquel que esté formado por gente que esté dispuesta a experimentar, teniendo en consideración las experiencias del pasado.
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